En un blog sobre el Real Madrid puede escribirse sobre muchas cosas.
Puede escribirse sobre la campaña contra nuestro entrenador que ha emprendido prácticamente la totalidad de la prensa deportiva de nuestro país. Puede escribirse sobre todos y cada uno de los sucesos extraños que le han ocurrido a nuestro equipo de un tiempo a esta parte. Puede escribirse sobre las especulaciones que se han hecho sobre algunos jugadores partiendo de unos rumores basados en la mentira. Sobre los insultos que ha recibido el madridismo o incluso sobre ciertas actuaciones de algunos jugadores que han ensuciado para siempre su calidad de madridistas.
Sin embargo, y antes de saber lo que puede pasar en las próximas jornadas, hoy lo que me apetece es resaltar el papel de Diego López.
Apuesto a que más de uno le agradecerá eternamente a Álvaro Arbeloa aquel “infortunio” que provocó que Casillas se apartara de la portería blanca hasta… aún no sabemos exactamente cuándo.
¿El porqué del agradecimiento? Se llama Diego, mide 1’96 metros, es nuestro actual portero y sus primeras declaraciones tras el fichaje fueron: “Sueño cumplido: regreso a casa para ayudar a mi equipo.” No creo que se pueda pedir más.
En el momento en que el balón fue despejado y Casillas se retiró quejándose, no supimos qué pasaría. Había quien hablaba de lesión severa, había quien decía que no había sido nada, había quien decía que la ausencia del capitán sería una desgracia para el equipo, conspiración, fracaso, que había que fichar un nuevo portero para los próximos dos, tres, cuatro meses, que Adán no estaba preparado, que se iba, que Mourinho no era nada campechano… Habladurías.
Todos sabemos lo que ocurrió después: “El Real Madrid ficha a Diego López por 3,5 millones de euros hasta 2017.”
Si bien confiábamos en Adán, muy conocido en la Casa Blanca, Diego López ha sido uno de los mejores regalos que el madridismo podía recibir. (La Décima no cuenta, que aún viene en camino…)
Literalmente, nos ha dado la vida. Ha sido recibido por la afición en su vuelta a casa de la mejor manera posible, y el madridismo no desaprovecha ninguna oportunidad para agradecerle el esfuerzo y empeño que demuestra en cada minuto de juego.
Nos ha dado seguridad, tranquilidad y sobre todo paz. Cuando el adversario se acerca a nuestra meta, confiamos en él. Y no defrauda.
Aunque la prensa y el piperío exijan un puesto inmediato en el banquillo para SuperLópez, debemos recordar que el equipo está por encima de cualquier jugador. Confiamos en nuestro entrenador, que sabe mejor que nadie quién está en mejor momento. No queremos amiguismos, nos da igual cuántas camisetas se vendan de los jugadores, sólo queremos que nos representen en el campo.
Este chico vale mucho. Se lo ha ganado. Y por eso el madridismo quiere seguir viéndolo defender nuestra portería, nuestro escudo.
@Barcia9
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