jueves, 18 de abril de 2013

Raphael Varane, el niño mariscal. - @Totebolson.

Varane ya no es promesa ni es futuro, es una auténtica realidad.  Una realidad hecha a base de talento, esfuerzo, trabajo y autoexigencia. El mejor central de su generación.

A la vista de los últimos 3 meses de Varane a cualquiera se le antojan cortos los 10 millones de Euros que el Real Madrid pagó por el al Lens, con apenas 17 años.

Manchester o PSG estuvieron interesados en Varane, pero una llamada fue determinante, la llamada de Zinedine Zidane. Eso, sumado al trabajo de Jose Mourinho con el chaval ha sido la garantía por la que actualmente nos encontramos ante el mejor central del mundo en potencia.

Varane dispone de variadas cualidades como futbolista y pocos defectos:


- Es un central que tiene algo que pocos hacen ahora, levanta la vista, rara vez despeja un balón sin antes seleccionar hacia donde va a enviarlo. Y por ello muchas veces podemos verlo sorteando rivales en su propio campo con una sangre fría pasmosa, en lugar de quitársela de encima.


- No es un central de ir al choque o meter la pierna. Arriesga poco en las acciones uno contra uno, su físico, su velocidad y su poderosa zancada se lo permiten. Es muy capaz a la hora de aguantar su marca y taparla, y muchas veces provoca que el delantero pierda la bola ante su oposición. Varane es limpio al corte y efectivo a la entrada.




- Tiene un juego aéreo muy poderoso. Aprovecha su altura para controlar a los delanteros a balón parado pero también es un sensacional rematador de cabeza, como hemos comprobado en las semifinales de Copa contra el Barça, donde se destapó en este sentido.


Estas son las bondades de Varane y sólo cuenta con 19 años. Hacía tiempo que un jugador joven no irrumpía con tanta fuerza en el Real Madrid como lo ha hecho el francés y es, sin lugar a dudas, un extraordinario presente. Pero también es un esperanzador futuro. A la vista están sus últimas actuaciones ante delanteros de la talla de Messi, Van Persie o Drogba. Secados.

@Totebolson


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