Odioso Pipero:
Sólo
hay un motivo por el cual me molesto en escribirte estas líneas: Eres el cáncer del Madrid. De la larga
lista de peligros que acechan al club, sin ninguna duda, tú eres el peor.
Porque, detestable pipero, ¿qué hay peor que una afición que no anima? ¿Qué es
más triste que un campo en silencio? ¿Qué es más penoso que, partido tras
partido, la afición rival nos coma la tostada? No recuerdo una afición más
ingrata, soberbia y menos entregada que la que puebla la grada del Santiago
Bernabéu cada domingo. Dijo Manuel Matamoros de vosotros que “es una afición
que se cree exigente y lo que es es desagradecida” y no puedo estar más de
acuerdo.
La
concepción del fútbol ópera, el fútbol zarzuela. Esa visión bastarda del
asunto, a la que ha contribuido también el club con el Nessun Dorma o ese himno del centenario de Plácido Domingo que es
absolutamente incantable, es lo que
va a acabar matando a este club.
Florentino Pérez,
que tiene un ramalazo pipero importante, os ha defendido y protegido como si fuerais
un signo distintivo y especial de este club. El Bernabéu es muy exigente, decís.
A mi me parece que no estáis a la altura.
El himno (el de las mocitas, el auténtico) dice “cuando pierden dan la mano”. Aplaudir a rivales (Silva, Llorente, Ronaldinho), dar la espantada en el minuto 80 o pitar a incontables jugadores propios NO ES SEÑORÍO, es PIPERÍO. Y todavía te encuentras a algún tonto de baba que presumiendo te dice: “Aquí se ha pitao a Zidane”. Con orgullo. Váyase a la mierda.
Me
vendes romanticismo cuando realmente es indiferencia. Me dices que es exigencia
histórica cuando realmente es frialdad con tu equipo. Os creéis la afición más
sabia del fútbol y te repito, pipero ignorante, que tú pitaste a Zidane o a
Ronaldo, dos de lo jugadores más grandes de la historia del fútbol.
Abroncas
a quien osa animar al equipo: “Cállate chaval”. Porque el fútbol se ve 'sentao' y con pipas o, en su defecto, un
buen puro. Eso de animar es cosa de los
Ultras. Tu tibieza me carcome.
Tú,
pipero; guardián de los valores y el señorío del club, que la única meritocracia que conoces es la
españolidad y la cantera, has aplaudido hasta sangrar una carrerita tribunera y
has pitado un hattrick.
Tú,
pipero, que eres el mayor consumidor de prensa deportiva, que idolatras a
Santiago Segurola, que compras el AS, lees diariamente a Relaño y vas al campo con
transistor escuchando a Manolo Lama, careces de opinión propia. Cuando hablas
oímos a Segurola, cuando rajas lo hace Manolo Lama. Ninguno madridista, por
cierto.
Tú,
pipero, que te vas del campo antes de que el árbitro pite el final para evitar
el atasco, eres el peor madridista posible. Jodidos burgueses de pacotilla con
abono heredado.
En
un club donde todo es grande, donde todo es absolutamente sublime, tú
representas el palo en la rueda. A veces no entiendo cómo es posible sostener
tanta grandeza con semejante afición en la grada.
Se
me antoja vital para el futuro del club una revisión importante del apartado
Social, y como punto fundamental de esta revisión debiera estar limpiar de
pipas el estadio.
Ni
Falcao, ni Bale, ni Isco; como escribió David Gistau no hace mucho: “Urge el
fichaje de 50 mil escoceses”
Ángel Villena (@angelovillena)
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