PIRATAS DE MOU (@atooca)

 

Julio de 2010, empezamos nuestra travesía a lareconquista de las aguas mundiales, a bordo de una magnífica goleta, con una gran tripulación y sobre todo con la confianza que nos daba el haber conseguido que el mejor capitán del momento, un paisano del gran Vasco Da Gama, se hiciera con el timón de nuestro barco.

La navegación comenzó tranquila, con nuestro portugués al timón. Los primeros meses eran de aprendizaje y manejo, pero el cuarto mes nos topamos con nuestro mayor enemigo en alta mar, la Carabela de la posesión y la humildad. La batalla fue desastrosa, se demostró que aun no éramos una tripulación preparada, y nos llevamos 5 cañonazos en la popa que hicieron que muchos abandonaran prematuramente nuestra nave.

Después de aquella batalla seguimos navegando tranquilos, sólo turbando nuestra paz un almirante argentino, un predicador que sólo buscaba un amotinamiento, y del que nuestro capitán se encargo debidamente.

Al noveno mes de navegación volvimos a encontrarnos con la Carabela de la posesión, esta vez con un tesoro de por medio. Fue una batalla larga, intensa, pero demostramos que estábamos preparados para cualquier lucha, y con un cañonazo de otro compatriota de Vasco Da Gama, conseguimos ganar la batalla y recuperar un tesoro que llevaba años fuera de nuestras conquistas.

Aquel tesoro recuperado nos dio confianza, pero todo fue un espejismo. A los pocos días de aquella batalla volvimos a encontrarnos con los “humildes”. Íbamos con confianza después de nuestra última conquista, pero no contamos con algo, los piratas humildes venían con refuerzos, les acompañaban los piratas más temidos de las aguas europeas, la fragata de Platiní. La batalla fue un desastre, nada pudimos hacer ante aquella desigualdad, y nos quitaron todas las esperanzas de conseguir el dominio de las aguas europeas por decima vez.

El segundo año de navegación comenzó con las ilusiones renovadas por volver a dominar el mundo, durante varios meses y a pesar de una batalla perdida contra los piratas humildes, nos hicimos con el control de las aguas nacionales, control que no perderíamos durante todo el año, logrando un record en batallas ganadas y en cañonazos que ninguna otra tripulación había conseguido, y lo más importante, certificando ese dominio en una batalla en terreno rival, allí nuestro cañonero portugués destrozó a los humildes delante de sus gentes.

Pero no todo fue positivo ese segundo año, apareció o mejor dicho se reforzó para atacar a nuestra goleta, un grupo pirata sanguinario y sin escrúpulos, los piratas de la información, que a bordo del Bergantín “Txistu” no dejaron de atacarnos con un único propósito, derrocar a nuestro capitán, para poder así invadir nuestro barco y manejar ellos el timón en pos de sus intereses.

El segundo año en aguas internacionales fue bastante bueno, veíamos muy cerca dominar Europa y el mundo, pero cuando lo acariciábamos con los dedos, el cañonazo de uno de nuestros mejores hombres se salió del mar, y perdimos aquella batalla y todas nuestras esperanzas de triunfo. Fue una cruel e inesperada derrota, pero aun así todo la tripulación, e incluso muchos nuevos marineros, permanecía unida y con ánimos para afrontar otro año más.

El tercer año lo comenzamos con el barco repleto, todo el mundo quería formar parte de nuestra tripulación, y más después de ganar a los humildes otra superbatalla, con tesoro incluido.

Pero pronto empezaron los problemas, encontramos un enemigo totalmente inesperado, un motín a bordo. Varios de nuestros mejores tripulantes, abducidos por los piratas de la información, se amotinaron contra nuestro capitán, haciendo que perdiéramos nuestro dominio en aguas nacionales y que nuestro naufragio se viera cada vez más cerca.

A pesar del recrudecimiento del motín y de los incesantes bombardeos por parte del “Txistu”, dos grandes batallas nos hicieron recuperar la moral y a muchos de nuestros marineros que nos habían abandonado. Las batallas enHumildelandia y en Fergusonlandia nos volvieron a meter en la lucha por el dominio de las aguas mundiales.

Y cuando más confiados estábamos en nuestra decima conquista, una batalla desastrosa en Westfalia y otra en nuestros propios dominios destrozó nuestra goleta y acabó con nuestro sueño. La mayoría de la tripulación abandonó a nuestro capitán, y sólo unos cuantos valientes seguimos a bordo de nuestra goleta, viendo como se hundía, como nos ahogábamos con ella cual músicos del Titanic, pero algunos no quisimos abandonar al capitán que tanto había luchado por nosotros, por conseguir que fuéramos unos guerreros sin humildad, sin Txistus, y sin predicadores.

¡GRACIAS CAPITÁN! #HastaSiempreMou